La etapa comercial del circuito productivo del maíz se centra en la distribución y venta de los productos derivados del maíz, así como del grano en sí. Esta etapa es crucial para conectar a los productores con los consumidores finales y asegurar que los productos lleguen a los mercados adecuados.
Una vez procesados, los productos de maíz, como harina, aceites, y biocombustibles, son distribuidos a diferentes puntos de venta. Esto puede incluir supermercados, tiendas de alimentos, fábricas de alimentos y empresas de biocombustibles. La logística es un aspecto clave, ya que se deben asegurar tiempos de entrega eficientes y condiciones adecuadas para preservar la calidad de
El grano de maíz en sí también se comercializa directamente en el mercado. Los productores pueden vender su maíz a través de cooperativas, mercados locales o contratos directos con industrias que lo utilizan como materia prima. El precio del maíz fluctúa según la oferta y la demanda, condiciones climáticas y políticas de exportación.
Argentina es uno de los principales exportadores de maíz del mundo, ocupa el tercer puesto por detrás de Estados Unidos y Brasil. La exportación juega un papel vital en la economía del país, y los productos derivados del maíz también se envían a mercados internacionales. Los exportadores deben cumplir con regulaciones sanitarias y de calidad para asegurar que los productos sean aceptados en el extranjero.
